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2020-07-29 00:00:00

Tobin Bell habla sobre cómo es hacer cine de horror en México

Redacción. La estrella de las películas de la franquicia Saw y uno de los protagonistas de la cinta mexicana Belzebuth compartió su experiencia sobre cómo es hacer cine en México, la cultura del horror en nuestro país y su rol dentro de este género cinematográfico.


La importancia de la ambientación en el cine de horror

Durante una entrevista alrededor de su trabajo en el cine de horror, Tobin Bell habló sobre el tiempo que pasó en nuestro país trabajando con el director Emilio Portes durante la filmación de Belzebuth, destacando la importancia puesta a las locaciones y al entorno visual dentro de dicha cinta. Además de lo anterior, el actor resaltó la manera artesanal en la que se crea cine en México y el trabajo de los artistas que han puesto al cine mexicano en los radares de todo el mundo desde hace décadas.

El cine de terror lleva más de cien años entre nosotros y en México ha sido aprovechado desde la llamada Época de Oro del cine mexicano, con el ejemplo de la cinta de Luis Buñuel, Gran Casino, la que apostó por centrar sus locaciones en un lugar al cual las personas fácilmente pudieran relatar y narrando la misteriosa desaparición de un empresario petrolero y como la hermana de este viaja desde Argentina para conseguir un trabajo como cantante en el casino local e investigar tal suceso. Cabe mencionar que el ambiente de un casino como en el que se lleva a cabo esta historia sigue siendo muy popular en la actualidad, ya que plataformas digitales como Betway han ayudado a impulsar la popularidad de juegos como la ruleta, póker y blackjack, así como el entorno de exclusividad que estos centros de entretenimiento mantienen desde hace siglos.

Por su parte, la ópera prima de Jorge Michel Grau, Somos lo que hay, utiliza a las calles de la Ciudad de México como el entorno donde se cuenta la historia de una familia de caníbales en la búsqueda de su alimento. Tras la muerte repentina del patriarca en el medio de la calle, la discusión sobre quién será el nuevo encargado de salir a buscar comida se lleva a cabo dentro de un departamento ubicado en unos de los edificios multifamiliares que son tan comunes en esta gran ciudad y llena a los espectadores de interrogantes sobre quiénes son los vecinos que tienen a su alrededor.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Horror hecho en México

Tobin Bell, el ícono del cine de horror que llegó a lo más alto de este género por su papel de Jigsaw en la franquicia Saw que es una de las más populares en Netflix, comparte el protagónico con Joaquín Cosío en Belzebuth, una película dirigida por Emilio Portes cuyo objetivo es demostrar que el cine de horror hecho en México puede inspirar miedo al público de cualquier parte del mundo.

A partir de su estreno, este largometraje recibió diversas críticas positivas que la catalogaron como una película imprescindible para los fanáticos del cine de miedo, destacando la importancia de que la narrativa de esta cinta es llevada a cabo en la zona fronteriza entre México y los Estados Unidos. Factores como el que los diálogos en Belzebuth sean bilingües y que su contexto se desarrolle en un lugar como el norte del país, ayudan no solo a difundir esta película en el mercado estadounidense, sino a incrementar el impacto entre los espectadores al utilizar locaciones conocidas por muchas personas y que aparecen constantemente en los medios de comunicación.

Un dato importante alrededor de esta cinta es que el trabajo visual que consiguió Emilio Portes con su especial atención a los detalles y la ambientación de esta historia, le valió un lugar para ser inscrita a los premios Oscar y Goya por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

La industria del cine mexicano sigue ganando espacios y reconocimiento alrededor del mundo y aún quedan muchas historias que contar en los años por venir. Más allá de Belzebuth (2019), Gran Casino (1947) y Somos lo que Hay (2010), filmes como El Vampiro (1957), Hasta el viento tiene miedo (1967) y Cronos (1993) se han ganado un lugar privilegiado en la historia del cine de horror hecho en México por cumplir su objetivo de infundir miedo entre sus espectadores y desenvolver sus historias en escenarios que se pueden encontrar en el día a día.